martes, 16 de noviembre de 2010

Autobus - El RetazoDeHistoriaSinFinal

 
Mi mano estaba pegada a la ventana del autobús mientras miraba como las personas pasaban en unos segundos por mis ojos y mis pensamientos se partían en miles de sentimientos, volvía a mi casa luego de un día de universidad, de holgazanería y de exámenes.

Estaba ya bien entrada la noche, tal vez las 19 o 20, ese autobús me deja a unas 8 cuadras de mi casa y pasa a 3 cuadras de tu casa.

A veces me preguntaba porque te amaba después de todo, tal vez era un capricho pero el corazón me decía que no, tal vez era una esperanza viva que iba a tener toda la vida de haberme creído mis propias palabras "no te voy a dejar de querer nunca".

El autobús seguía en marcha en paralelo con el ferrocarril, el autobús se detenía a recoger pasajeros y a que algunos bajen, algún despistado subió y bajo dos cuadras después al equivocarse de ruta, el cobrador pasaba por los asientos haciendo tintinear las monedas y cobrando el pasaje respectivo.

Tenía ganas de irme a sentar a aquel bar que solíamos frecuentar los dos, de sentarme y recordarla, de sentarme y de borracho, llorarla otra vez.

Me preguntaba si ya me habías dejado de pensar, si habías olvidado que me gustabas tanto y si habías olvidado que yo me hubiera pasado la vida junto a ti.

Mientras el autobús llegaba al paradero que queda a 3 cuadras de tu casa yo solo podía pensar y volver a pensar en que...

Me había quedado en la mitad.

Si, me había quedado en la mitad, era aquel retazo de nuestra historia sin final, aquel trozo de historia que no encontró un desenlace, aquel personaje que se perdió y del cual el autor ni se acuerda ni le da bola.
Tú habías pasado el final e incluso habías empezado de nuevo, ¿por qué yo no?
Yo aún seguía buscando un final, un desenlace, el final de mis lagrimas y mis temores...
Y pensaba en ti, pensaba en que tal vez me faltaba ese personaje complementario para terminar mi historia, sigo pensando que me faltas tú...

Tenia ganas de caminar pero aun faltaba para llegar al paradero de mi casa, tenía ganas de correr por las rieles del tren, equilibrarme de un pie sobre ella y dejar correr la brisa nocturna sobre mi rostro.
Tenia ganas de verte de abrazarte, de amarte y de abandonarte...
Tenia ganas de bajar a 3 cuadras de tu casa, tocarte la puerta, besarte y decirte que te amaba con locura y que te odiaba con ternura como alguna vez te escribí hace mucho...
Tenia ganas de ti...

Vacilé

Me mire en el espejo retrovisor del conductor y me vi los ojos cafés con sensación de muerto, el cabello alborotado como si hubiera salido de algún lugar de mala muerte y pensé en lo que quería, en que me sentía parte de una historia sin final...
"puta madre, cada día estoy más loco" fue lo único lógico que se me ocurrió decir para compensar aquel desliz sentimental que había tenido.

El autobús seguía de parada en parada recogiendo y bajando pasajeros, el asiento de mi costado seguía vacio.
Pensaba en ponerle final a mi historia, a nuestro recuerdo y a mi amor por ti, porque si tú me amabas, yo ya lo dudaba desde hace mucho.
Pero aun así tenía miedo, miedo de perderme otra vez, me preguntaba ¿qué hare después de que pase todo? ¿Por dónde empezare? podría preguntarte tal vez...
o tal vez ¿debería seguir esperando hasta cumplir mis 365 días? ya iba 288 y todavía me alcanzaba tu recuerdo para mis noches solitarias.
Después de todo la seguía queriendo igual, después del tiempo, aunque renegara, aunque me doliera.
¿Pero cuanto más iba a aguantar?
¿Hasta que el cuerpo y el corazón mueran?
¿Cuando llegue a ser anciano iría detrás de ella a buscarla con un pañuelo y un bastón y le diría "yo soy aquel que siempre te amo, aquel que siempre te espero"?
¿Mientras ella se caso con otro y a veces le contaba a su hija mayor de aquel enamorado que tuvo algún día?
Tal vez debería volverme un idiota (aunque en realidad pienso que ya lo soy y más que eso todavía) patán, sinvergüenza que olvida sus palabras y dejar de amarla, olvidar mis promesas, olvidar las cosas que hice por ella y las que estaría dispuesto a hacer.
¿Cumpliré mi palabra como buen idita que soy?
¡No! Dios, que me patee un burro, que me pise un carro y que me jale de semestre por idiota.

¿Que era lo que en verdad quería?
¿Que ella sea feliz? ¿Volver con ella?¿O que yo este feliz y bien?
Si se podían las 3 cosas a la vez, pues eso era lo que quería.

Antes de bajar del autobús pensaba en que era el peor idiota o bicho-humano que existía por haberse dejado arrastrar tanto por ese virus llamado "amor"
Dolía muy en el fondo todo, dolía muy en el fondo tu ausencia.
Dolía muy en el fondo el amor que sentía por ti.
Aunque di todo lo que pude por ti, aunque te ame como nadie lo hará nunca, aunque te espere y te seguiré esperando hasta que mi corazón y mi razón hagan una tregua, yo no te voy a olvidar...
¡Ay Dios! Ahora que lo pienso, por eso los galanes como yo ya no existen...TODOS MURIERON DE PENA.