miércoles, 17 de febrero de 2010

Mi Habitacion Es Un Burdel Barato [ Capitulo III ]


-          Hey, ¿puedes dejar de apuntarme con esa arma?-dijo con mirada severa quitando la sonrisa.
-          No hasta que me expliques bien que es lo que quieres.
-          Ya te lo dije, necesito hacer un trato contigo, pero déjame pararme siquiera ¿no?-dijo riendo
-          Está bien-le dijo pero sin dejar de apuntarle-ahora si dime cómo te llamas y que es lo que quieres.
-          ¿Tanto te lo tengo que repetir? ¿Eres tonto? Soy periodista me llamo Sebástian Dyzerg y necesito hacer un trato contigo.
-          ¿Cual?
-          Bueno creo que no te volveré a pedir que me dejes de apuntar porque parece que no lo vas a hacer, bueno yendo a lo que vine, sé en que estas metido, los tratos que tienes, con quien y para quien trabajas pero aun así te falta más información la cual yo tengo y te puede servir de mucho.
-          ¿Y qué es lo que vas a pedir a cambio? ¿exactamente qué tipo de información?
-          Sobre el caso que estas llevando estimado  Felipe Álvarez…-dijo con una sonrisa malévola
¿Cómo mierda sabe mi verdadero nombre? Odio esa sonrisa, ¿siempre tiene que estar mostrándola?
-          ¿Cómo sabes mi nombre?
-          Mala pregunta, yo poseo mucha información, es el resultado de mucho trabajo, hace ya varios meses estoy detrás de la noticia del asesino y necesito que tu compartas tu información conmigo y yo compartiré la mía contigo, así tu puedes atraparlo más rápido y tener información confiable y claro yo tendría todo el crédito inédito de la noticia. Hasta podría escribir un libro con esta historia-dijo riendo.
-          ¿Cómo se que no es mentira? O si tal vez me vayas a traicionar.
-          Bueno es la única opción que tienes, te conviene es mejor intentar a quedarte sin nada ¿acaso crees que como estas llevando las cosas vas a lograr algo? Piénsalo, solo has encontrado algunas pistas y ya murió otra mujer, la dulce morena te puede dejar sin su apoyo, la policía te dejara fuera y sin reconocimiento alguno, los únicos que logran sobresalir en esta vida son las personas eficaces, yo busco la información necesito alguien que la confirme, y seré sincero, que arriesgue la vida.
-          ¿Solo deseas la noticia?
-          Pensándolo bien, podría pedirte dinero por la información pero te necesito, necesito esa noticia y pronto, necesito lograr sacar la captura del asesino.
-          No estoy seguro-dijo dudando.
-          Los periodistas no mentimos hombre, por algo somos los dueños de la “verdad”-dijo irónicamente.
¡Maldito! Me tiene en sus manos, sabe que voy a aceptar, necesito ese tipo de información, necesito lograr terminar todo esto muy pronto, dudo mucho que el solo quiera la noticia pero no puedo perder más tiempo, una mujer muerta tal vez para mañana sean tres las víctimas y yo no voy a dejar pasar el dinero de la recompensa.
-          Está bien,  sabes jugar muy bien, me tienes en tus manos, acepto tu trato.
-          Eres sabio Felipe
-          Llámame Gabriel y si voy a trabajar contigo necesito que estemos muy comunicados, tengo que tenerte vigilado tal vez.
-          Eso no es necesario, yo seré el que te busque.
-          No entiendo ¿Por qué tanto desinterés en soltar información por solo una noticia?
-          Quiero ser el que lo descubra, quiero tener la primicia, quiero ser un reconocido periodista-dijo un poco bajo de ánimo.
-          Estás de broma ¿no?
-          Jajaja, solo comencemos con la “cacería”
Esto es el colmo, estoy trabajando para la policía, con la morena, con un periodista y ninguno de los dos primeros debe saber nada, a excepción del periodista que parece saberlo todo.
-          Creo que entiendes que nadie debe saber que trabajo contigo-dijo bajando el arma un poco desconfiado.
-          Si, lo sé yo me comunicare contigo por el celular, estaré haciéndote llegar información en cuanto la consiga, tengo información de fuentes como la policía, tienen buena información pero no son confiables para este tipo de trabajos de “cazar”, aparte hoy diste un buen paso, el bar es un buen lugar para fisgonear y conversar con gente “interesante”
-          Aun no entiendo porque tanto desinterés en ayudarme.
-          No, tu vas a ayudarme a mí y ya te explique los motivos, son simples ¿no?
-          No te creo.
-          No lo hagas. Yo estoy siguiendo las pistas del asesino desde que mató al tercer policía-dijo con una cara extraña- siempre deja alguna pistas.
-          ¿Cómo cuales?
-          Necesitaría que vengas conmigo.
-          No puedo, el lagarto volverá en cualquier momento.
-          Está bien, te llamare-dijo acomodándose la camisa.
-          Te daré mi numero-respondió cuando vio dar un paso a Sebástian.
-          No es necesario Felipe, ya lo tengo, se mucho sobre ti- sentencio alejándose en la oscuridad.
-          Mierda…
Es una amenaza, tengo que encontrar la manera de controlarlo, aun tengo dudas sobre el, tengo que averiguar yo también algo sobre él, quien sabe ¿y si su nombre no es real? ¿Si no es periodista? Dudo también de que su único objetivo sea la noticia.
Decidió volver hacia el bar, el lagarto lo esperaba adentro.
-          ¿Dónde te habías metido?
-          Fui al baño-mintió.
-          Estuve esperándote mucho.
-          Pues demore, ahora dime ¿Qué fue lo que pasó?
-          Acaban de asesinar a otra de las chicas de la morena, en su apartamento, la morena está desconcertada y muy enojada, me dijo que necesitaba que hicieras tu trabajo ya. Me dijo que podría ofrecerte dinero.
-          Esto lo pone más bueno y me pone más ganas-dijo sonriendo.
-          Pero necesita resultados rápidos. Creo que no estamos logrando nada en este bar.
-          Si  lo sé, así que mañana empezaremos, iremos a la escena del crimen, ya verás que muy pronto ese asesino será historia pero sobre el dinero ¿de cuánto estamos hablando?
-          Eso no importa pero a cualquiera le conviene.
-          No puedo trabajar sin saber cuánto me van a pagar.
-          Si no cumples tu trabajo a tiempo no tendrás nada.
-          Está bien, está bien mejor vayámonos de aquí.
Esa noche, el no durmió muy bien.
Los días pasaron, el mantuvo una comunicación fluida con el periodista que le explicó que el asesino había dejado muchas pistas que la policía no había tomado mucha importancia, en el tercer crimen de policía había dejado una huella de lodo en el piso que parecía hacer sido estampada con una gran bota, lo cual no era muy importante, en el cuarto había dejado un ambiente muy cargado a alcohol, en el quinto que al parecer el asesino siempre atacaba a distancias muy cortas y con armas blancas, había dejado el arma en el cual no había rastro de huellas digitales. Para Dyzerg, el asesino buscaba que alguien lo atrapara, que alguien fuera capaz de enfrentarse a él, que alguien lograra poder descubrir quién era, tal como en las películas de los mas locos asesinos.
Los otros tres asesinatos, fueron hechos con armas de fuego a larga distancia pero hechos con una misma arma, porque en los tres cadáveres se encontró el mismo tipo de bala, balas de revólver Magnum 6, los cuales fueron efectuados en horas de la noche. Al parecer el asesino era una persona muy perspicaz que estudiaba a sus víctimas antes de actuar.
Por otro lado, al ir a la segunda escena del crimen de la chica de la morena, Gabriel logro ver que había asesinado a la segunda chica de la misma manera que a la bizcocho, degollamiento. Y había dejado escrito en el piso con la sangre de la victima lo siguiente: “Solo mira el cielo”, el crimen había sido realizado en un hotel muy elegante pero informal el cual no tenia registro de entradas y con las investigaciones policiales el encargado de las habitaciones solo había visto entrar a la mujer y a nadie más.
Después de tres días el coronel Montoya lo llamo.
-          Señor Gabriel, le pedimos disculpas por la demora del examen que nos mando a hacer.
-          No debería pedir disculpas, ya cometió el error, las disculpas no arreglan nada para mí, dígame ¿Cuál es el resultado?
-          No estamos seguros pero es muy probable que la saliva que encontramos en el cigarrillo sea de la ramera, ya que coincide con el ADN de uno de sus cabellos, si hubiéramos conseguido otro tipo de ADN hubiera sido muy difícil averiguar por ese método de quien era.
-          Entonces ¿no es nada seguro?
-          Digamos que es más probable que sea de la ramera, lo cual no nos lleva a nada.
-          Creo que es suficiente, gracias-dijo Gabriel cortando la llamada.
A los pocos días, Gabriel volvió a la escena del crimen con Dyzerg. Ya habían levantado el cuerpo, limpiado el lugar y habían redecorado el lugar como si nada hubiera ocurrido ahí.
-          Bueno y ¿Qué piensas?-pregunto Dyzerg.
-          Dejó escrito “Solo mira el cielo”
-          Mmm
-          Es una frase un poco tonta, carece de sentido.
-          Tiene mucho sentido, el cielo, no hay mas cielo en este lugar que mirar hacia arriba-dijo dirigiendo su mirada hacia arriba.
-          Jajaja, no hay más que un techo pintado
-          Fíjate bien
-          ¿Qué?
-          El techo esta despintado, la pintura es antigua. Además que han remodelado la habitación, ahí había algo antes.
-          Y al parecer lo quitaron, ¿eso es lo que quieres decir Dyzerg?
-          Si
Fueron hacia el encargado del lugar a preguntar acerca del remodelamiento de la habitación, el cual no quiso dar ningún tipo de información hasta que Gabriel lo amenazo con su arma.
-          Mira imbécil, necesitamos que nos digas que había en el techo antes, sino te puedes morir y ¿sabes que es lo mejor de todo esto? Que creo que a nadie le importara.
-          Espera, está bien, no era necesario que me trataras así.
-          ¿Vas a hablar o no?
-          Está bien, simplemente cambiamos algunos muebles y la ubicación
-          Estamos hablando del techo.
-          Solo había un mosaico.
-          Muéstranoslo.
-          No puedo.
-          ¿Qué? ¿por qué?
-          Se deshicieron de él.
-          ¡Mierda! ¿Había algo raro en ese mosaico? ¿algo inusual? ¿sangre?-dijo molesto empujando mas el arma contra la cara del encargado.
-          No, nada nada.
-          ¿Qué había en ese mosaico?-pregunto tranquilamente Dyzerg.
-          Era un simple mosaico de panteras.
-          Vámonos ya-ordeno Dyzerg y salió, mientras Gabriel lo siguió desconcertado.
-          ¿Qué te pasa? ¡Necesitamos ese mosaico!
-          No, no lo necesitamos ahí esta nuestra pista.
-          No me fio de ti, ¿Por qué tan confiado?
-          Porque ya creo saber quién es el asesino.
-          ¿Qué dices?
-          Una mancha de lodo en el crimen, una bota muy grande que no puede ser más que una persona de tamaño considerable, olor a alcohol en la siguiente algo de una persona que consume o trabaja con alcohol, un cuchillo de los cuales me di cuenta son del mismo modelo de los que utiliza el cantinero de la zona, el cigarrillo que encontraste que solo se vende en el bar…
-          ¿Quieres decir que el asesino es el cantinero del Gato Negro?
-          Panteras, son felinos NEGROS.
-          Pero el coronel dijo que el cigarrillo era de la bizcocho.
-          No seas ingenuo, bueno de todas maneras es un mínimo detalle, lo demás apunta directamente a él.
-          Debemos ir hacia ahí.
Se dirigieron hacia el bar pero este se encontraba cerrado, aun era de tarde y acordaron con Dyzerg que Gabriel se quedaría en un hotel que estaba casi al frente del bar hasta que llegara el cantinero y el comenzaría a actuar, mientras que Dyzerg vigilaría las cercanías por si al asesino se le ocurría escapar.
Ya en el hotel Gabriel se puso a pensar.
Tal vez haya sido buena idea trabajar con Dyzerg, hoy el lagarto fue a rendir cuentas con la morena y no han pasado más de dos semanas y ya tenemos al asesino en nuestras manos aunque aun no estoy muy seguro de todo esto, el cantinero parece ser una persona cruel pero Dyzerg es muy perspicaz, muy atento, se nota que sabe demasiado, conoce las pistas a la perfección, ¿qué tal si él es el asesino y está logrando inculpar al cantinero y utilizarlo como chivo expiatorio? Es una posibilidad, al principio pensé también que el lagarto podría serlo, una persona con semblante tranquilo, que frecuentaba el bar, consume el tipo de cigarrillos que encontré en la escena del crimen de la muerte de la bizcocho, cegado por los celos por que ella no le hacía caso el no podía seguir sintiendo que sea de tantos hombres más y menos de él, lo cual lo lleva a tomar una decisión de acabar con la vida de la biscocho, si no era de él no podía ser de nadie más pero no tenía ninguna relación con los demás asesinatos.
¿Quién? ¿Quién  carajo podía ser el asesino? tengo tres sospechosos y aun no se cual es, tres hombres, tres personas misteriosas, tres diferentes mundos, espero no equivocarme al capturar al cantinero.
En ese momento el celular de Gabriel comenzó a vibrar, lo saco del bolsillo del saco y aparecía la palabra “Desconocido”, el contestó sin dejar de ver por la venta la puerta del bar.
-          Gabriel ¿Porque tanto interés sin resultado en atraparme?
-          ¿Qué dices?
-          Soy tu preciada recompensa, sé que trabajas con Dyzerg.
-          ¡Jodete!
-          Hey Felipe, soy tu preciada presa, tu dulce asesino, hagámoslo mas interesante, esta vez intenta atraparme y no equivocarte-colgó la llamada mientras reía.
El aun estaba atónito, y no comprendía, estaba en estado de shock y no podía entender ¿acaso todo este tiempo estuvo equivocado? Porque la voz de la llamada no podía ser más que de una mujer…

miércoles, 10 de febrero de 2010

Mi Habitacion Es Un Burdel Barato [ Capitulo II ]



¡Agr!, tengo el cuerpo hecho mierda, maldito simio.
El sol brillaba fuerte, hacía calor, el clima no cambiaba mucho en esa temporada, el moreno guardaespaldas seguía sentado en su asiento, con los ojos muy abiertos, alerta a cualquier movimiento.
-          Hey  ¿Qué hora es?-dijo levantándose lentamente del sillón de la sala.
-          Ya es tarde, era hora de que despertaras-dijo con una voz gruesa
Se paró de un salto pero cambio de gesto cuando sintió un dolor en el estomago. Justo en ese instante entro la morena por la puerta contigua.
-          Gabriel, para mayor seguridad nuestra y poder confiar en ti vas a trabajar al lado de uno de mis guardaespaldas-sentencio la morena
-          No me digas que voy a trabajar con el simio este-respondió un poco incomodo
-          No, pero tampoco lo trates así, yo no responderé por como pueda reaccionar el
-          Entonces, dime morena ¿Quién es esa persona?
-          Le decimos “El lagarto”
-          Bueno, y ¿Dónde está?-pregunto arreglándose la camisa.
-          El aun no llega, pero ya lo hará, creo que entiendes que no confiamos lo suficiente en ti así que tenemos que mantener vigilados tus pasos.
-          Si, si lo entiendo, pero si es tu guardaespaldas ¿cómo es que no está junto a ti?
-          El ahora está encargado de la seguridad de mis chicas, pero ahora le delegare ese cargo a macaco
-          Entiendo-dijo un poco pensativo, bueno entonces dígale cuando llegue que me espere en el bar hoy por la noche, yo me retiro.
-          Tú no te vas a ir, así no te puedes ir no confió lo suficiente como para dejarte andar libremente por ahí
-          Jajaja morena, si queremos trabajar juntos en algún momento vas a tener que hacerlo, ¿Por qué no empezar ahora?
-          ¿y a donde iras? Macaco ira contigo hasta que lo reemplace lagarto
-          Prefiero ir con cualquier otra persona que con él, morena simplemente iré a comer, a buscar municiones para mi arma, uno nunca sabe cuando las va a necesitar y no creo que para eso sea necesario que me acompañe, no quiero ver que hasta me siga cuando vaya al baño.
-          Pero de todas maneras no puedo dejarte así
-          Hagamos una cosa, yo me voy y me veo con lagarto en el bar, dime como lo reconoceré.
-          Te dirá que vendrá de parte mía y sabrá quién eres, lo reconocerás rápido, es el hermano menor de macaco.
-          Bueno entonces yo me retiro.
-          Hombre, te mantendré vigilado, nada de juegos tontos.
Ay morena, si quisiera te engañaría mas, no puedo creer que a pesar de tus años y con la gente que tratas sigas siendo tan ingenua, seguro que todo el trabajo se lo dejas a tus hombres, porque aparte de fea inteligente no eres.
“Gabriel” salió muy rápido de aquel lugar, con el presentimiento de que tal vez el guardaespaldas de la morena lo seguiría para controlar sus pasos o tal vez para acabar con él y que nadie sepa nada de lo ocurrido, era una probabilidad, porque él tampoco podía confiar en ella.
Doblo la esquina de la cuadra donde se encontraba el “Encanto” vio el sol y el cielo y calculo aproximadamente las 10 de la mañana, reviso sus bolsillos y aun tenía el cigarrillo de anoche envuelto suavemente en un pañuelo limpio, lo volvió a guardar y reviso sus demás bolsillos, no le faltaba ni le sobraba nada, estaba en su naturaleza ser precavido y fijarse en detalles.
Cruzo calles y doblo muchas esquinas, dio vueltas a algunas manzanas y giraba constantemente sin dirección, apresuradamente con el único fin de que si alguien lo estaba siguiendo le perdiera el paso. Su fin era ir a la intendencia policial, algo que la morena no podía saber porque ese tipo de gente no trababa directamente con la policía mucho menos si él era el tipo que contrataron.
Su aspecto físico no había cambiado mucho, tenía 33 años pero él se sentía viejo, cabello negro totalmente desordenado, porte varonil y su presencia parecía tranquila, en cualquier lugar lo sentían así.
Estaba en la esquina de la intendencia, se fijo a todos lados, lo hizo por segunda vez y entro apresurado.
Ruego por mi propia seguridad que nadie me haya visto.
-          Buen día, necesito hablar con el coronel Montoya.
-          ¿Sobre qué? ¿algún tipo de denuncia grave?
-          Solo llámelo.
-          Señor compórtese, no podemos hacer eso
-          “Gabriel”, hombre que hace usted por aquí-dijo el coronel entrando a la habitación.
-          Necesito hablar con usted
-          Claro, venga, vayamos a mi oficina-dijo con una sonrisa en la cara


-          Bueno entonces, ¿ya atrapo a nuestro asesino?
-          No, no es eso, le he traído algo-sacando el pañuelo de los bolsillos-normalmente lo haría yo porque es parte de mi trabajo pero carezco de las herramientas y el dinero, es una colilla de cigarro, le encontré en la escena del crimen, necesito que le manden a hacer una prueba de ADN a la parte del filtro.
-          ¿Usted cree que aun se conserve la saliva?
-          Es posible, me ayudara a saber si el cigarrillo era de la víctima o del asesino lo cual nos daría aun más pistas.
-          Nos va a tomar tiempo.
-          No me venga con esas cosas, yo quiero terminar mi trabajo ya, además ese fue el trato, ustedes estarían a mi disposición.
-          Está bien, Gabriel, no se exaspere mandaré a hacer ese examen hoy mismo y en cuanto tengamos los resultados se lo haremos saber.
Es bueno que colabores bolillo desgraciado.
-          Entonces yo me retiro, tengo trabajo que hacer.
-          Usted siempre tan trabajador señor-dijo en son de burla
Gabriel salió hasta la puerta de la comisaria, se acomodo el cabello y salió agachado y deprisa del lugar y doblo a la primera esquina que encontró, le parecía incomodo tener que hacer eso pero no le quedaba de otra. Se dirigió a su casa con la esperanza de que su mujer no se encuentre ahí.
Ya por la noche, después de un pleito con su mujer, de las excusas, las mentiras el salió al promediar las 6 p.m. con dirección hacia el bar. Cuando llego al “Gato Negro” vio un ambiente clásico, tranquilo y normal, hombres bebiendo, conversando, riendo, jugando póker y mujeres de compañía.
El fue y se sentó en la barra, el que atendía tenía un aspecto cruel, desalmado, unos ojos sin chispa, con cara de poco conversador y parecía que aun no llegaba el lagarto o quien sabe donde andaría.
Parece que voy a tener que arriesgarme a buscar información descaradamente.
-          Oye dame una cerveza por favor-dijo dirigiendo la mirada hacia el que atendía la barra.
-          Está bien-respondió fríamente.
El hombre le sirvió la cerveza y continúo limpiando algunos vasos. Gabriel intento hacerle algunas preguntas pero su mirada y su aspecto imponente no se lo permitían, tal vez el podría sospechar algo sobre su trabajo. Cogió su enorme vaso de cerveza y se dirigió al centro del bar, busco una mesa y paró los ojos en una mesa con 3 jugadores de póker.
-          Buenas noches señores, ¿Qué les parecería si me uno a su partida?
-          ¿Tu quien eres?-pregunto uno un poco fastidiado
-          Solo vengo a jugar, no conozco mucha gente por aquí y quiero jugar con alguien aparte traigo dinero-dijo mostrando algunos billetes.
-          Bueno, bueno si es así entonces juguemos-respondió el otro con un tono jovial después de haber visto el dinero.
Se sentaron, comenzaron el juego, juego unas dos partidas de poca duración y cuando estuvo más familiarizado con el grupo, comenzó a indagar.
-          Ando buscando un guardaespaldas, para un amigo que acaba de entrar en unos negocios de la zona, ustedes deben imaginarse, no sé si tal vez conozcan a algunos.
-          Jajaja ¿en qué tipo de negocios acaba de entrar tu “amigo”?
-          Eso no importa, me han hablado de un tal “Lagarto”, ¿lo conocen?
-          Claro, es el guardaespaldas de la morena.
-          ¿Qué morena?
-          La matrona del “Encanto”, no es un hombre peligroso pero creo que si de confianza cuando le pagan lo suficiente.
-          ¿Entonces podría hacer algunas jugadas de dinero con él para que trabaje con mi amigo?
-          Claro y ahora con más razón, ya no creo que quiera seguir trabajando para la morena-dijo burlonamente.
-          ¿y eso porque?-pregunto intrigado.
-          Jajaja, ese hombre es un mentecato, estaba perdidamente enamorado de una de las meretrices de la morena, la cual nunca le dio esperanzas, ni le hacía caso pero el aun así trabajaba para la morena.
-          Si, si es verdad, moría por la bizcocho-dijo otro- no entiendo cómo pudo enamorarse de una ramera
-          Creo que así son las jugadas del corazón, bueno yo tengo que retirarme, fue un gusto hablar con ustedes.
-          Hey hombre no te vayas, juguemos una partida mas
-          ¿Todavía estas interesado en hablar con el lagarto?-pregunto el que no había hablado en toda la conversación.
-          Sí, claro
-          El moreno delgado y rapado de la barra, el de la tercera silla, es el.
-          Me parece genial ¡gracias!
Creo que más suerte no he podido tener, si el lagarto se hubiera acercado a mí en la mesa esos hombres hubieran pensado que ya lo conocía y que buscaba información sobre alguna otra cosa, hubiera estado en problemas.
Se acerco hacia el lagarto y le dio unas palmadas en la espalda, el volteo algo sorprendido con una cara un poco mareada y un ligero aire de enfermedad.
-          Hola “Lagarto”, te estaba esperando
-          Gabriel, la morena me mandó mas a vigilarte que a ayudarte, eso lo deberías saber.
-          Claro, obtendré favores, beneficios e información de ella creo que su desconfianza está siendo justificada.
-          Estuve hablando con el hombre de la barra, pregunte por lo del cigarrillo
-          Ese hombre me causa cierto escalofrió. ¿y qué averiguaste?
-          Nada
-          ¿Nada?
-          El no recuerda quienes compraron cigarrillos porque fueron muchas personas.
-          Bueno si, además haya sido la puta o el asesino…
-          Ejemm..!
-          Digo la bizcocho o el asesino el cigarro lo pudieron haber comprado algún otro día-dijo cautelosamente sosteniendo la mirada agresiva del lagarto
Parece que este reptil si se moría por aquella mujer, debo ser cauteloso con mis palabras con él, aparte tiene cierto aire de confianza, podría aprovechar eso.
-          Traes mala cara ¿qué paso?
-          Nada, solo es la resaca. Ayer fue una noche larga.
-          Bueno entonces, ¿nos tomamos otra cerveza para empezar el trabajo?
-          Tómatela tú, yo prefiero pasar por hoy.
Gabriel pidió otra cerveza y se la empezó a tomar, mientras vio a dos sillas de él a un hombre de apariencia recatada, con gafas grandes, cabello en forma de remolino un poco largo, camisa, pantalones y zapatos nuevos que lo miraba ya desde hace unos instantes.
En ese momento,  el lagarto contesto una llamada de su celular, se puso pálido y se paro.
-          Oye lagartija ¿qué pasa?
-          Me llamó la morena, tengo que salir, no te muevas de este lugar, volveré-dijo saliendo apresurado.
Aquí hay algo raro, uno nunca sale así si supuestamente me tenía que vigilar.
En ese instante se acerco la persona de las gafas que estaba sentado cerca de él y le hablo con la cerveza en la mano.
-          Bueno Gabriel, parece que ya se fue el lagarto, ahora tal vez podemos hablar
-          ¿Quién eres tú? ¿Cómo sabes mi nombre?-dijo atónito parándose.
-          Se mucho más que eso, sígueme-respondió saliendo del local
Él lo siguió hasta la esquina de el local y lo detuvo antes que doblara la esquina, era ya de noche, la luces de la ciudad alumbraban, los coches hacían ruido a lo lejos.
-          Dime ¿Quién eres tú?
-          Solo necesito hacer un trato contigo, algo que nos favorece a los dos.
-          No tengo por qué.
-          Estimado Gabriel, te quedarías sin apoyo de la morena si le digo que trabajas para los bolillos, además que ya habría más desconfianza, también si la policía se entera que estas llevando este caso de una manera “poco confiable”, aparte sin el trato que te ofrezco no eres nadie, yo estoy seguro que el lagarto se fue porque ya se enteraron de la puta que murió hace unas horas-dijo con una sonrisa en la cara, muy tranquilo.
-          Mierda-lo cogió del cuello y lo tumbo al piso apuntándole con su arma- dime ¿Quién mierda eres tú?
-          No hay necesidad de ser agresivo, puedes perder muchas cosas si no aceptas mi trato, y puedes ganar muchas otras, soy alguien de quien puedes temer-dijo todavía con su sonrisa.
-          Maldito psicópata, te voy a matar ¿Así que eres tú el asesino?
-          Jajaja, otra vez te vuelves a equivocar.
-          ¿Qué mierda quieres?
-          Simple, hacer un trato contigo, me conviene, te explicare.
-          ¡Dime de una puta vez quien eres!
-          Muy fácil, soy periodista.